En completa paz me acuesto y me duermo,
porque tú, Señor, me haces vivir tranquilo.
(Salmo 4:8).
Yo me acuesto, y me duermo,
y vuelvo a despertar,
y vuelvo a despertar,
porque tú vigilas mi sueño.
(Salmo 3:5)
Oh Gloriosísima Virgen de la Soledad, Madre Celestial, afligidísima Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Salvador, que al pie de su ...