¡Oh Santa Marta,
bendita protectora mía!
mucho aprendiste de las enseñanzas de nuestro Divino Maestro,
y el solicito esmero y cuidado que ponías en tus actos
En completa paz me acuesto y me duermo, porque tú, Señor, me haces vivir tranquilo. (Salmo 4:8). Yo me acuesto, y ...