"Acoge mi plegaria, Señor, y que mi voz se eleve hacia Ti.
No desvíes tu rostro de mí.
Inclina hacia mí tu oído.
Cualquier día que yo te invoque, acógeme con prontitud.
En completa paz me acuesto y me duermo, porque tú, Señor, me haces vivir tranquilo. (Salmo 4:8). Yo me acuesto, y ...