En completa paz me acuesto y me duermo,
porque tú, Señor, me haces vivir tranquilo.
(Salmo 4:8).
Yo me acuesto, y me duermo,
y vuelvo a despertar,
y vuelvo a despertar,
porque tú vigilas mi sueño.
(Salmo 3:5)
Oh mis muy amados santos Ángeles, benéficos seres Celestiales llenos de luz Divina, bienaventurados espíritus nobilísimos y limpios...