Recibe ¡oh Señor!
estas tres monedas que aquí deposito
para el culto de tu Divina
Providencia,
que ellas sean el emblema
de las tres potencias de mi alma:
de las tres potencias de mi alma:
memoria, inteligencia y voluntad,
que está amparada siempre bajo tu mando
paternal,
y a la vez te pido que mi pobre cuerpo
goce en todo momento de casa en que habitar,
de ropa con que cubrirse
y de un pan con el que alimentarse.
Seguir leyendo
Seguir leyendo