Ángeles celestiales, benditos protectores y guardianes,
nítidos espejos de pureza y humildad llenos de bondad,
vosotros que sois la ayuda del necesitado,
que dais consuelo en la desesperación y luz en la oscuridad,
vosotros que sois defensa y escudo de poder
para detener y alejar al enemigo, las adversidades y el mal,
para detener y alejar al enemigo, las adversidades y el mal,
no os apartéis de mí nunca ni dejéis de darme amparo,
vosotros que sois fieles compañeros y amigos verdaderos,
y que con prudencia a los hombres dais acertado consejo,
escuchad con afecto la plegaria que os hago con ilusión,
dadme vuestro apoyo, no me dejéis sufrir más por favor,
recurro a vosotros confiando en que vuestra ayuda recibiré
y conseguiré que mis caminos se abran al bienestar y la paz.
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