Oh Jesús mío, dador de todo amor,
bendito consuelo de nuestras almas y nuestros cuerpos,
confío en tu maravillosa misericordia,
confío y confiaré siempre en tu esplendida bondad,
y por ello te pido alivies todas las contrariedades de mi vida,
te suplico acudas a mí y hagas que se aleje para siempre
todo lo que me hace sufrir y padecer.
bendito consuelo de nuestras almas y nuestros cuerpos,
confío en tu maravillosa misericordia,
confío y confiaré siempre en tu esplendida bondad,
y por ello te pido alivies todas las contrariedades de mi vida,
te suplico acudas a mí y hagas que se aleje para siempre
todo lo que me hace sufrir y padecer.