Oh santa María Magdalena, santa aclamada y venerada,
fiel seguidora del Maestro y testigo privilegiado de la Pasión,
elegida por el Salvador para ser la primera en verlo resucitado
y para anunciar a los demás la alegría pascual;
oh santa bienaventurada y dichosa, santa amable y comprensiva,
oh santa bienaventurada y dichosa, santa amable y comprensiva,
ayúdanos a tener siempre presente a Jesús en nuestras vidas,
infunde en nosotros la esperanza y la confianza en su auxilio
y dile no mire la cantidad ni la gravedad de nuestros pecados
sino el arrepentimiento que tengamos en nuestro corazón.
y dile no mire la cantidad ni la gravedad de nuestros pecados
sino el arrepentimiento que tengamos en nuestro corazón.