¡Oh divino y santísimo Rostro de Jesús!,
hermosísimo semblante lastimado
pero con la mirada llena de amor y comprensión,
que, por piedad hacia nosotros, padeciste y sufriste
y ahora eres nuestro refugio y nuestra esperanza,
hermosísimo semblante lastimado
pero con la mirada llena de amor y comprensión,
que, por piedad hacia nosotros, padeciste y sufriste
y ahora eres nuestro refugio y nuestra esperanza,
que por amor a nosotros lo diste todo,
te ofrecemos nuestro reconocimiento y devoción.