Oh Jesús, rico en misericordia, siempre clemente y comprensivo,
Tú que no permites que suframos ni penemos
y nos bendices todos los días de nuestra vida
Tú que abres nuestros caminos para que avancemos
y encontremos sosiego en nuestras almas,
danos fortaleza espiritual, mental y física,
para pasar los tragos amargos y salir victoriosos en las pruebas,
danos claridad y sabiduría, danos entendimiento y fe,
para que actuemos acordes a tus enseñanzas
y sepamos obrar correctamente con nuestros hermanos,
ruega al Padre por mi familia, por todos los que amo y por mí.