¡Oh san Martín, hermano mío!¡Atiéndeme!
En mis penas y tribulaciones, consuélame.
En mis peligros y adversidades, ayúdame.
En mis flaquezas y tentaciones, protégeme.
En mis dolencias y enfermedades, socórreme;
por la gracia que recibiste de Dios, por tu gran bondad,
por la mucha ayuda que siempre diste a los demás
por la gracia que recibiste de Dios, por tu gran bondad,
por la mucha ayuda que siempre diste a los demás
san Martín benéfico, te ruego, dame todo lo que preciso,
y líbrame de cualquier mal del alma o cuerpo.
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