Infinito,
Supremo e Inmenso Niño de Atocha,
yo te
saludo, bien mío, queridísimo Infante,
yo te
bendigo y alabo en este día
ante
Ti me presento ¡oh, amado Niño!
lleno-a de fe, esperanza y confianza
pues
sé que en Ti está mi consuelo y alegría,
no me
desampares bondadoso Niño
en
esta tan angustiosa necesidad que me embarga,
te
pido desde lo más intimo de mi ser
me des
tu valiosísima ayuda para solventar